Historia
El trabajo de la viña lleva en la historia de las familias
Larmandier y Bernier desde la Revolución Francesa. Desde
principios del siglo XX, Larmandier elabora Champagnes que
demuestran muy rápidamente sus grandes cualidades. Así,
Jules Larmandier y luego su hijo Philippe Allyre se convierten
en el proveedor de las grandes mesas parisinas (La Tour
d'Argent, Taillevent, Charlot, etc…)
En 1971, Philippe Larmandier, nieto de Jules, crea con su
esposa Elisabeth Bernier, propietaria del viñedo en Vertus, la
Champagne LARMANDIER‐BERNIER. En 1988, Pierre, hijo de
Philippe y Elisabeth, decidió reanudar el trabajo.
En 1992, Pierre comienza a revivir los diversos suelos
Larmandier‐Bernier mediante la labranza y el abandono de
herbicidas. Después, desde 1999, la finca se cultiva
biodinámicamente y la fermentación se lleva a cabo gracias a
las levaduras indígenas de cada terroir.
En 2002, compró 4 hectáreas en Vertus, ya es excepcional, pero tal vez único en Champagne es que estas nunca han conocido ningún herbicida o aguanieve.
La propiedad recibe 2 estrellas en la guía que clasifica los
mejores vinos de Francia. Pierre Larmandier es elegido por la
Revue des Vins de France "La mejor esperanza del vino 2002" y
"Enólogo del año 2003" por Bernard Burtschy para GaultMillau.
Además cuenta con el aval de ser miebro del prestigioso CLUB TRESORS DE CHAMPAGNE
Viticultura
Viticultura natural, viñas viejas, labranza, rendimientos
medidos, sin fertilizanes y una cosecha manual en la madurez.
Este domaine no elige la facilidad de los métodos actuales, sino
la manera más gratificante de una cultura inteligente de la viña
en busca de vinos que expresen su terruño, sin artificios.
El viñedo, de unas 15 hectáreas, con una edad promedio de 33
años, se encuentra en los terroirs de la Côte des Blancs: Vertus
clasificado Premier Cru y Cramant, Chouilly, Oger, Avize, todos
clasificados Grands Crus.
85% Chardonnay y 15% Pinot Noir.
Vinificación
La fermentación alcohólica se desencadena naturalmente con
levaduras indígenas. Los vinos envejecen en lías durante todo
el invierno: fermentación maloláctica, leve agitación
dependiendo de la añada y los años. Los vinos se embotellan
en julio en el fresco de las bodegas donde la segunda
fermentación se puede llevar a cabo en silencio.
Cuando los vinos están listos, se revuelven. Luego se vuelca
cada botella manualmente 6 meses antes de la
comercialización. La dosificación se elige según las cuvées. Lo
prefieren discreto ya que su prioridad es siempre la misma:
dejar que el terroir hable por si mismo.